La ejecución de un preso por el que la actriz Susan Sarandon se había movilizado para salvarlo fue suspendida, luego de que el Papa Francisco enviara una carta pidiendo por él.
La gobernadora de Oklahoma dio la orden suspender por 37 días la muerte de Richard Glossip, un reo de 52 años sentenciado por asesinato, por dudas en uno de los productos usados en la inyección letal.
Según señaló la funcionaria, el objetivo de esta decisión es de garantizar que se cumplan correctamente con los protocolos aprobados por los tribunales federales.
Glossip fue arrestado en 1997 tras ser sindicado, por un asesino, como el autor intelectual del crimen del dueño de un hotel. Tras un proceso judicial, fue condenado a muerte.
El caso de este hombre corrió con mejor suerte que la de Kelly Gissendaner en Georgia, quien fue ejecutada pese a los pedidos del Sumo Pontífice de perdonarle la vida.