“No se puede imaginar la Iglesia” sin las 700,000 monjas católicas del mundo, por lo que el Papa Francisco les rindió homenaje este domingo e instó una vez más a defender la vida “desde el seno materno”.
El Sumo Pontífice se dirigió a decenas de miles de personas reunidas al mediodía bajo una lluvia helada en la plaza de San Pedro para la oración del Ángelus. “Reflexionemos: ¿Qué ocurriría si no existieran las hermanas, las hermanas en los hospitales, las misiones, las escuelas?”.
“¿Podemos imaginar una Iglesia sin las hermanas? No, no podemos. Es este don (…) ¡Qué grandes son estas mujeres que dedican su vida y llevan el mensaje de Jesús!”, insistió Jorge Mario Bergoglio.
También reafirmó de manera indirecta su absoluto rechazo al aborto y la eutanasia: Cada vida, sobre todo las de los “más frágiles”, debe “respetarse, protegerse y promoverse, desde el seno materno hasta su fin en esta tierra”, dijo respaldando a los obispos italianos en la “Jornada de la vida”.
En presencia de miles de religiosos y religiosas, el Papa celebró una misa en la basílica de San Pedro por “la vida consagrada”, donde llamó a “no ser nunca rígidos, nunca cerrados” y a vivir mejor “el encuentro entre jóvenes y ancianos” en sus casas y conventos.
Asimismo afirmó la necesidad de que hombres y mujeres se den exclusivamente en el celibato a Dios: “se necesita tanto esta presencia”, que manifiesta “la misericordia de Dios”.