Internacionales

Domingo, 17 de junio del 2012

Dilma Rousseff recibió descargas eléctricas y azotes durante dictadura brasileña

La presidenta de Brasil fue torturada con largas sesiones de electrochoques y simulaciones de fusilamiento entre 1970 y 1973, cuando era militante izquierdista y luchaba contra el régimen militar.

Dilma Rousseff recibió descargas eléctricas y azotes durante dictadura brasileña

La presidenta de Brasil fue torturada con largas sesiones de electrochoques y simulaciones de fusilamiento entre 1970 y 1973, cuando era militante izquierdista y luchaba contra el régimen militar.




La presidenta de Brasil fue torturada con largas sesiones de electrochoques y simulaciones de fusilamiento entre 1970 y 1973, cuando era militante izquierdista y luchaba contra el régimen militar, informó hoy la prensa de su país.

Rousseff  sufrió azotes, fue golpeada hasta que le arrancaron un diente y resistió técnicas de tortura psicológica, informan los diarios “Correio Braziliense” y “O Estado de Minas”.

Ambos periódicos reproducen una entrevista que Rousseff brindó al Consejo de Derechos Humanos de Minas Gerais en 2001. Allí narra que recibió las torturas entre 1970 y 1973, cuando fue detenida y condenada por un tribunal castrense, debido a su filiación izquierdista.

Según los diarios, la presidenta de Brasil contó quelos torturadores “experimentados” solían atarla cabeza abajo en un palo, para después aplicarle cargas eléctricas, un método de tortura que “no deja rastro, solo te mina”.

“Estuve presa tres años. El estrés es feroz, inimaginable. Descubrí, por primera vez, que estaba sola. Encaré la muerte y la soledad. Me acuerdo del miedo cuando mi piel tembló. Hay un lado que nos marca el resto de la vida”, confesó.

Remarcó que las marcas de la tortura dejadas en su cuerpo son parte de ella y que su vida cambió para siempre. "Siempre amenazaban con desfigurarme el rostro y en una ocasión, un diente que se me pudrió por un puñetazo, me fue arrancado", indicó.

Las sesiones de torturas fueron realizadas en el Destacamento de Operaciones de Informaciones-Centro de Operaciones de Defensa Interna -DOI-CODI- de Sao Paulo, el principal órgano de represión y tortura a opositores políticos, y también en una cárcel de la ciudad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais (sureste).


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