Queramos o no, las mentiras son parte de nuestra vida diaria y las utilizamos más de lo que creemos. ¿Eso nos convierte en malas personas? No necesariamente, ya que se trata de pequeños engaños que por lo general no conllevan ni provocan mayores problemas a nadie. Y es que, incluso, a veces es necesario decir alguna mentira piadosa para hacer sentir bien a alguien. ¿No te ha pasado?
En ese sentido, la compañía DirecTV elaboró un ranking, como parte de su campaña para promocionar el biopic de Lance Armstrong, un notorio mentiroso que ganó tramposamente el Tour de France, de las mentiras más comunes que toda persona dice normalmente. Es muy difícil que no te sientas identificado con estos pequeños engaños porque alguna vez los utilizaste.
En el estudio participaron 2000 personas y el primer lugar se lo llevó el clásico “estoy bien”, afirmación que solemos hacer en nuestros peores momentos. En segundo puesto se ubica el engaño de todas las navidades: “me encanta este regalo”. En tercera posición la típica respuesta cuando te invitan a salir y no quieres ver a esa persona: “lo siento, estoy enfermo”. Luego viene la siempre usada frase “no vi tu mensaje de texto” y en quinto lugar “estemos en contacto”, cuando te encuentras a alguien después de tiempo.
Más adelante, en el mismo ranking, empiezan las mentiras relacionadas con las tardanzas sin antes mencionar que en el sexto puesto está el engaño culinario: “esta carne que has cocinado está deliciosa”. La típica frase “llego en 5 minutos” se ubica en el sétimo puesto, seguido del “ya estoy en camino”, cuando probablemente recién se está despertando. No podía faltar el ya conocido “estaré listo en 5 minutos”. Cierra el conteo la frase de toda mejor amiga: “no necesitas bajar de peso”.
Como puedes ver, se tratan de mentiras blancas o piadosas, pero mentiras al fin y al cabo. Es muy difícil que nunca las hayas dicho aunque sea en una sola oportunidad. Lo que sí queda claro es que ninguno de estos engaños se compara con los de Lance Armstrong a lo largo de su carrera, ya que el propio ciclista confesó en 2013 su dopaje sistemático.
