Con un ritmo pegajoso y contagioso Simón y los Wachiturros invaden el verano limeño, haciendo bailar a las personas más inesperadas, y despertando la iniciativa de otros jóvenes a reunir un grupo que como ellos solo quieren entretener al público.
Enemigos Públicos les presenta la naciente “Wachimania” que amenaza con expandirse por todo el Perú.