Sacarle una sonrisa al cliente, esa es una de las premisas de Yacer Venegas, dueño de Blessed Studio, una barbería que, más que un salón de belleza se ha convertido en un templo de relajación para caballeros.
Ubicado en Lince, este negocio busca que sus clientes siempre salgan contentos, ya sea que vayan por un corte de cabello o por un tratamiento facial.
“Mucha gente va a la barbería o a la peluquería, piden algo y no te lo hacen. Entonces, nosotros nos enfocamos un poco más en que el cliente salga feliz y contento. Cuando amas lo que haces, creo que no existe el cansancio”, comentó Yacer.
LEGADO FAMILIAR
En el distrito de Independencia, otro punto de la capital está Haircut Barbería, de Lucía Nolasco, quien además de cortes de cabello, ofrece a sus clientes tratamientos para la piel.
Una de las estrellas de este negocio es Justin Josua, el hijo de Lucía, quien a sus cortos 12 años es un barbero profesional.