El taller de productos de pirotécnicos, que quedó totalmente destruido, estaba ubicada en el asentamiento humano Nueva Esperanza en Santa Eulalia.
Según se conoció, uno de los cohetes detonó y debido al material precario con el que estaba construido el taller, el fuego se expandió con rapidez.
El siniestro dejó dos personas resultaron heridas, que serían Soledad Medina y Augusto Torrejón, trabajadores del taller clandestino.
Los bomberos lucharon por más de 3 horas contra el fuego que terminó por consumir más de 6 viviendas.