El acalde de Riga (Letonia), Nil Ushakóv, pasó por un bochornoso momento cuando participaba en un programa de preguntas y respuestas sobre la gestión de su actual gobierno.
El burgomaestre se encontraba hablando cuando fue interrumpido por su gato, que se acercó para tomar un poco de café de su taza.
El hombre sonrió tímidamente e intentó acariciarlo, pero el animal lo ignoró y luego huyó de su lado. Avergonzado, agachó la cabeza y soltó una risilla nerviosa cuando el gato volvió al suelo.