Sonia Encizo dice que trabaja de sol a sol y eso es motivo suficiente para disfrutar a más no poder en su barrio del Callao. Sin embargo, el alto volumen de la música y las tremendas juergas que organiza en la calle, tiene cansada a Juana Adriazola, su vecina de años, que no halla solución a esta problemática.
La denuncia ha llegado hasta la comisaría, pero ni las fiestas se han detenido, pese a la pandemia, cuenta Juana. En tanto Sonia siente que no le hace daño a nadie.
Juana Adriazola ha pensado hasta mudarse pero no le parece justo dejar su barrio de toda la vida. Tiene hijos menores de edad y su mayor preocupación es que sus pequeños sigan el ejemplo de su vecina.