Según el entrenador del Hamburgo, la sanción de ocho partidos impuesta al jugador peruano no se debe a la falta que cometió el sábado ante el Stuttgart, sino a su aspecto físico violento.
"Tengo la impresión de que la federación quiso dar ejemplo", declaró bastante molesto Thorsten Fink, técnico del Hamburgo, a varios medios de comunicación alemanes.
"Tal vez Guerrero, de 28 años de edad, no tiene un aspecto tan pacífico como otros. Tiene un par de cicatrices en la cara", añadió el entrenador.
La sanción obligará a Paolo Guerrero a perderse casi el resto de la Bundesliga, en la que quedan solo diez fechas para finalizar.