El Museo Van Gogh de Ámsterdam, que alberga la mayor colección de obras del célebre pintor neerlandés, atraviesa una crisis que amenaza con su cierre temporal. La institución recibe cada año a 1,8 millones de visitantes y asegura que necesita con urgencia una renovación para garantizar la conservación de más de 200 pinturas y 500 dibujos de Vincent van Gogh.
La directora del museo, Emilie Gordenker, explicó que tras dos años de negociaciones sin resultados con el Ministerio de Cultura de Países Bajos, el panorama se vuelve cada vez más crítico. “Si esta situación persiste, será peligrosa para el arte y para nuestros visitantes. Esto es lo último que queremos, pero si llega a ese punto, tendríamos que cerrar el edificio”, advirtió.
Un conflicto por los fondos
El enfrentamiento gira en torno a un incremento de US$ 2,9 millones en el subsidio anual que el museo ha solicitado, actualmente fijado en unos US$ 10 millones. Estos recursos, argumenta la institución, son esenciales para reparar el sistema de climatización y los ascensores, reforzar la seguridad contra incendios y aplicar mejoras de sostenibilidad.
Sin embargo, el Ministerio de Cultura sostiene que el museo ya recibe uno de los subsidios más altos por metro cuadrado entre los museos nacionales y que debe cubrir el déficit con sus propios ingresos. En un comunicado, la cartera remarcó que “el subsidio para la vivienda del Museo Van Gogh es una cantidad fija que se ajusta anualmente a la inflación” y negó haber incumplido el acuerdo de 1962 que compromete al Estado a garantizar la conservación de la colección.
El proyecto de remodelación tiene un presupuesto total de US$ 121 millones: de ellos, US$ 88 millones corresponden a mantenimiento estructural y US$ 23 millones a medidas de sostenibilidad. Según el museo, la falta de apoyo estatal, sumada a las pérdidas que supondrán los tres años de obras, abre un escenario crítico para su futuro inmediato.
La Fundación Vincent van Gogh, propietaria de la colección y presidida por descendientes del artista, expresó su “profunda preocupación por la accesibilidad a la colección” y respaldó la gestión de Gordenker.
“Esto no es algo glamoroso, no estamos construyendo una nueva ala espectacular: es solo mantenimiento básico esencial, como reemplazar tu refrigerador cada 15 años”, resumió la directora.