En un acto multitudinario en el sector de Llaullipata, el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, presentó la restauración del camino ritual inca que conecta Qorikancha con Ñustapakana, en el Parque Arqueológico de Sacsayhuamán. Esta vía prehispánica, de 2.71 kilómetros, destaca por su imponente arquitectura inca, que incluye calzadas de piedra, muros laterales, canales de agua y andenes ceremoniales, utilizados por la élite del Tahuantinsuyo.
IMPORTANCIA RITUAL Y ARQUITECTÓNICA
El camino, que fue central en los rituales dedicados al culto del agua y su uso racional, proveía de este recurso a la llaqta del Qosqo. Su restauración pone en valor un legado que permaneció oculto durante siglos. “Hoy volvemos a recorrer este camino ritual hacia Ñustapakana como lo hacían nuestros antepasados. Esta obra es un regalo para Cusco y el mundo”, afirmó Jorge Moya Coháguila, director de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco.
La inversión de más de S/10.6 millones permitió la investigación arqueológica, la restauración de estructuras y la conservación del entorno natural. Entre los tramos restaurados se encuentran Llaullipata-Wakarumiyoq, Wakarumiyoq-Chakan y Chakan-Ñustapakana, que destacan por su belleza y perfección arquitectónica.
CELEBRACIÓN Y CULTURA EN LA REINAUGURACIÓN
Durante la ceremonia de reapertura, comunidades locales realizaron un ritual andino de ofrenda a la Pachamama y expresaron su alegría con danzas típicas cusqueñas. El famoso Balcón del Diablo, ubicado en el sector de Chakan, fue uno de los puntos más admirados por los asistentes y un recordatorio de la conexión entre la naturaleza y la arquitectura inca.
Este camino ahora se posiciona como un atractivo turístico clave, fortaleciendo la identidad cultural de la región y ofreciendo a los visitantes una experiencia única que combina historia, espiritualidad y paisajes andinos.
La restauración del camino ritual Qorikancha-Ñustapakana no solo rescata un importante vestigio del Tahuantinsuyo, sino que también fomenta la conservación del patrimonio cultural y natural, conectando el pasado glorioso de los incas con el presente y el futuro de Cusco.