Alrededor del mundo es frecuente que algunas culturas le rindan culto a las montañas. En el caso de la cultura andina esta práctica se extiende desde épocas muy tempranas hasta nuestros días. Aunque coloquialmente se le dice huaca a cualquier sitio arqueológico, en especial los de carácter religioso, este vocablo originalmente se refiere a los cerros considerados sagrados o a piedras u otros objetos que los representan.
En el sitio arqueológico de San Antonio de Huachipa se ha encontrado una piedra tallada colocada en un lugar prominente de un templo en “U”.
De acuerdo a Jonathan Palacios, arqueólogo a cargo del trabajo de la excavación que dio con ella, indicó que se maneja la hipótesis de que sea una suerte de maqueta de un cerro aledaño.
Pero eso no es lo único llamativo, sino también su decoración. En ella se ve una fauna variada que muestra la relación de este lugar con la selva amazónica.
Ser divino
De acuerdo con lo analizado por el equipo de Palacios, la figura principal es la de lo que se podría llamar de forma informal como de un hombre pájaro.
"El personaje que más sobresale en la representación es el ave antropomorfa, un tema chamánico que no solo tiene que ver con la transformación o metamorfosis shamánica”, explica el especialista.
Indica Palacios que hay amplia documentación en las crónicas sobre extirpación de idolatrías que se dio en una temprana época del Virreinato.
Cita como fuente Extirpación de la idolatría del Perú de 1621, del sacerdote jesuita Joseph de Arriaga, pero añade que estudios etnográficos contemporáneos documentan la persistencia en la selva de la creencia en estas transformaciones. La piedra también tiene representaciones de monos, los que no son propios del lugar. Asimismo, en la excavación se encontraron restos de guacamayos y de caparazones del caracol selvático comestible conocido popularmente como congonpe y cuyo nombre científico es Megalobulimus sp.
Ello sumado con residuos de alimento marino es, de acuerdo con la observación del arqueólogo Jonathan Palacios, una muestra de que los habitantes de la costa central tenían un fluido intercambio con sus pares de la Amazonía.
En el lugar de siempre
El objeto lítico sagrado encontrado en el sitio de San Antonio de Huachipa tiene la peculiaridad de haber permanecido en el lugar donde sus creadores lo dejaron.
Los varios siglos que se calcula que estuvo allí lo hacen un objeto singular de estudio, pues los especialistas podrán analizar la geografía que lo rodeaba y sacar mejores conclusiones.
Asimismo, el contexto en el que se encontró podrá dar más pistas sobre la cultura que lo creó. Un caso similar sucedió con el ídolo de Pachacamac, escultura de madera con dos frentes. Por azar del destino, estuvo perdida a un paso del lugar donde se le rindió culto.
Otra experiencia similar es el del lanzón de Chavín. La diferencia es que la piedra hallada en Huachipa aparentemente es más antigua que los otros ejemplos dados.
Datos
- La roca piramidal encontrada en un ambiente del templo en “U” San Antonio, en contacto con el promontorio rocoso adyacente, data del Período Precerámico Tardío.
Los trabajos arqueológicos se hicieron con el financiamiento de la empresa
- Mapfre en el mismo lugar se han encontrado varios restos de proyectiles para lanzas.