Cultura

Jueves, 23 de agosto del 2018

Descubren a la hija de una neandertal y un denisovano, especies humanas extintas hace miles de años

El hallazgo, publicado este miércoles en la revista Nature, comprueba que ambas especies fueron capaces de reproducirse entre ellas pese a que tuvieron una distribución geográfica distinta.

Descubren a la hija de una neandertal y un denisovano, especies humanas extintas hace miles de años

El hallazgo, publicado este miércoles en la revista Nature, comprueba que ambas especies fueron capaces de reproducirse entre ellas pese a que tuvieron una distribución geográfica distinta.




Histórico. Científicos hallaron por primera vez los restos de la hija que tuvieron una neandertal  y un denisovano (dos especies humanas distintas y que posteriormente se extinguieron) hace unos 50 000 años. Este hecho ha podido comprobar que ambas especies se encontraron y reprodujeron.

“Es la primera vez que se identifica un descendiente directo de estos dos grupos”, declaró a la agencia AFP Viviane Slon, del Instituto Max-Planck de antropología evolucionista de Leipzig, Alemania, y coautora del estudio publicado en la revista Nature este miércoles.

Denisovanos y neandertales se separaron hace unos 400 mil a 500 mil años y se convirtieron en especies distintas del género Homo. Estos últimos desaparecieron alrededor de 40 000 años atrás por motivos desconocidos. Los denisovanos también desaparecieron, pero no se sabe cuándo.

Pruebas de ADN han demostrado, sin embargo, que ambos aportaron su herencia genética al Homo Sapiens moderno. Fue un pequeño hueso de 1,5 cm (tan pequeño que los expertos no pudieron distinguir a primera vista si era de origen humano o animal) la clave de esta revelación.

El fragmento se descubrió en 2012 en una cueva de las montañas de Altai en Siberia, cerca de la frontera actual entre Rusia y Mongolia. Gracias a él se pudo comprobar la existencia de ‘Denny’, como fue bautizada, una hembra de al menos 13 años, que vivió hace unos 50 000.

La cueva donde murió ya era famosa, pues es donde se encontraron por primera vez los restos fósiles del Hombre de Denisova. En este caso, los fragmentos de una falange auricular de una niña de unos siete años demostraron la existencia de este primo del Homo sapiens.

Tras analizar los restos, los genetistas distinguieron los cromosomas que heredó de su padre y los que obtuvo de su madre, que no dejaron dudas sobre su identidad. “Al principio pensé que había un error en las pruebas” admitió Svante Pääbo, investigador del Instituto Max-Planck y coautor del trabajo.

Al salir de África, los neandertales se dispersaron por Europa y el oeste de Asia. Los denisovanos, por su parte, fueron hacia el este de Asia. Pese a ello Pääbo, el primero en identificar al Hombre de Denisova, señala que los encuentros sexuales entre ellos fueron más comunes de lo que parecen.

“Posiblemente los neandertales y los denisovanos no se vieron muchas veces. Pero cuando ocurría, todo apunta a que no tenían prejuicios los unos con los otros”. “Seguramente se reproducían frecuentemente, mucho más de lo que pensábamos, sino, no habríamos tenido tanta suerte”.


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