Este jueves 11 arrancó la Semana del Chilcano y hasta el 17 de enero, comercios y ferias ofrecerán promociones así como novedades para todos los gustos con este cóctel de indudable raíz y sabor peruanos. Sin embargo ¿sabes algo de su historia?
Aunque está preparado en base a nuestro peruanísimo pisco y tiene infinitas variedades gracias a todos los productos que ofrece nuestro país, existe un manto de misterio que rodea a esta bebida y sobre el cual nunca se ha echado luz: nada menos que su origen.
Así es. Lo creas o no, el origen exacto del chilcano se desconoce. Sin embargo, hay varias teorías tejidas por los expertos. De entre todas, la más aceptada sitúa al chilcano hasta fines del s. XIX y comienzos del s. XX, con la migración italiana al Perú.
Según recoge el sitio Infodestino de Frank Tipiani, alrededor de esta época los migrantes trajeron, entre sus costumbres, un trago que tomaban usualmente y que llamaban ‘Buon giorno’ (buenos días). Este consistía en grappa (aguardiente de uva) y ginger ale.
Sin embargo cuando conocieron el pisco no les tomó mucho reconocer que este aguardiente era superior. Entonces, empezaron a experimentar reemplazando la grappa por el sabroso pisco ¡Éxito! El chilcano había nacido.
¿Y el nombre?
Sobre su nombre, aunque no lo parezca, también pesa un misterio. Los más entendidos amantes del pisco se lo han preguntado por años y la respuesta no es nada sencilla. Ni siquiera porque lleva el mismo nombre que el popular caldo de cabeza de pescado de nuestra gastronomía.
Ya en la década de 1940, el periodista Fausto Gastañeta comparaba trago y plato a modo de crítica: “...si el chilcano limeño de pescado era efectivamente un “reparador” de anteriores andanzas, el de hoy no es sino un “empalmador” de esas andanzas con perjuicio para el aparato digestivo...”.
Y entre las teorías, nuevamente se destaca la más creíble. Esta dice que el chilcano debe su nombre al parecido con el caldo de pescado cuando toma su color característico. Además, a ambos se les agrega limón para resaltar su sabor.
Sea cual sea su origen, debemos agradecerlo, pues le ha dado al Perú uno de sus tragos más populares y deliciosos. Ligero y refrescante, para saborear lentamente y con un inconfundible sello nacional ¡Salud!