En la parte alta de Villa María del Triunfo, la comunidad de la quebrada Santa María volvió a enfrentar una emergencia provocada por las intensas lluvias del fin de semana. Con la vía cubierta de lodo y sin maquinaria ni presencia de las autoridades, los propios vecinos se organizaron para limpiar, con palas y picos, el único acceso que conecta con Manchay, La Molina y zonas del distrito.
SIN PISTAS Y ENTRE LODO
Desde las 6 de la mañana del último domingo, agrupados por sectores, decenas de familias realizaron una faena comunal para despejar el camino. Niños, madres, adultos mayores y mototaxistas participaron en la jornada, que se extendió por más de cuatro horas. “No vino nadie de la municipalidad, ni de Lima ni de Villa María. Solo nosotros salimos a trabajar bajo la lluvia”, relató uno de los dirigentes vecinales a Buenos Días Perú.
A pesar de haber presentado oficios solicitando apoyo con maquinaria pesada, los vecinos aseguran que solo recibieron como respuesta un comunicado que descartaba intervenciones “por mal clima”. Indignados, señalan que el abandono institucional es constante. “Todos los años es igual. El barro nos aísla y nadie hace nada”, denunció un transportista cuyo vehículo quedó varado por la rotura de una rótula.
El paso por el cementerio de la zona, que se había abierto temporalmente para facilitar el tránsito, fue cerrado sin previo aviso a las 6 de la tarde del sábado, obligando a escolares a caminar largos tramos entre lodo y charcos para llegar a sus hogares. “Los niños llegan mojados. Nos da pena, pero no hay otra opción”, comentó una madre mientras ayudaba a su hijo a cambiarse las botas por zapatillas antes de entrar al colegio inicial Villa de Lourdes.
La vía, que atraviesa zonas densamente pobladas y conecta importantes rutas de transporte, continúa sin asfalto ni drenaje. Aunque se ha anunciado que la obra de mejoramiento empezaría en agosto, los vecinos temen que las promesas no se cumplan. “Pedimos que dejen de prometer y que actúen. Esta trocha nos enferma, nos aísla y nos hace retroceder años”, reclamó una vecina visiblemente afectada.
La situación se repite cada invierno. Lo que debía ser una ruta de integración para zonas altas de Lima, hoy representa un símbolo del olvido.