Un violento asalto perpetrado en el Callao dejó un muerto y al menos dos heridos, en un caso que ha puesto bajo la lupa a la propia Policía Nacional del Perú (PNP). El fallecido fue identificado como el suboficial de tercera Edgar Máximo Morales García, quien habría participado activamente del atraco a un vehículo blindado que transportaba 6 kilos de oro.
Los hechos ocurrieron cuando un grupo de al menos 15 delincuentes, algunos vestidos con chalecos y gorras de uso policial, interceptaron el vehículo de seguridad que partía desde la empresa Atenea Yera, ubicada en la urbanización Las Fresas, con dirección al aeropuerto. Durante la emboscada se desató una balacera con los agentes de seguridad del camión —integrantes de la Marina de Guerra del Perú en situación de actividad— quienes repelieron el ataque.
En medio de la persecución, las cámaras de seguridad registraron a varios sujetos huyendo por distintas calles. Entre ellos se encontraba el suboficial Morales, quien, herido, cayó en la vereda. Aunque intentó levantarse, murió minutos después. Junto a su cuerpo se halló su cédula de identificación policial (SIP), lo que confirmó que era miembro activo de la comisaría de Pamplona 1.
Durante el operativo, la policía también incautó una réplica de pistola, un revólver, un chaleco policial, una gorra y dos vehículos con placas adulteradas: uno reportado como robado. En el interior de uno de los autos se hallaron más chalecos de uso policial.
Vecinos de la zona denunciaron que tras el tiroteo, sujetos con chalecos —aparentemente policías o serenos— recogieron una caja metálica, presuntamente con el oro robado, y se retiraron sin brindar información. “La recogieron y después, otros policías llegaron preguntando por ella, como si no supieran que ya la habían levantado”, declaró una testigo.
El caso ha generado gran preocupación, ya que no se descarta la participación de otros miembros de la PNP. Incluso, se investiga si hubo complicidad interna en la logística del asalto.
El traslado del oro en plena madrugada también ha generado sospechas. Aunque la empresa ha declarado ante la Policía que el transporte se realizaba en un vehículo blindado y dentro de protocolos de seguridad, aún no se esclarece del todo la legalidad del procedimiento ni la procedencia del metal precioso.
La investigación ha sido asumida por la Región Policial del Callao y podría pasar a manos de unidades especializadas de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) o Inspectoría General, dado el posible involucramiento de agentes del orden. Además, se espera que el Ministerio del Interior se pronuncie en las próximas horas sobre este escándalo que nuevamente golpea la imagen de la institución policial.
