En un inspirador ejemplo de inclusión y perseverancia, Analís, Janet e Iván, tres personas con discapacidad auditiva, han demostrado que no existen límites para el éxito. Desde hace más de una década, trabajan en el sector de la moda en Renzo Costa, una empresa que ha apostado por la inclusión como parte de su filosofía empresarial.
ROMPIENDO BARRERAS EN EL MUNDO LABORAL
"Me dedico a todo lo que es pintado, arreglo de materiales de cuero en general. Hago muchos trabajos según la necesidad", comentó Iván quien ingresó a la empresa en 2013. Janet, por su parte, recordó cómo llegó a la tienda tras una recomendación de un amigo con su misma condición. "Estaba muy emocionada, toqué la puerta con nervios, y me dieron todas las facilidades. No era la única persona sorda, había muchas más", señaló.
PRIMERA TIENDA INCLUSIVA EN EL SECTOR MODA
Renzo Costa inauguró recientemente su primera tienda 100% inclusiva en alianza con la certificadora Yapa Kuy y el Conadis. La tienda cuenta con personal capacitado en lenguaje de señas y catálogos en braille, asegurando una experiencia accesible y digna para todos los clientes.
"Nos sentimos muy contentos con este reconocimiento como la primera empresa de venta directa que apuesta por la inclusión. La moda es para todos", afirmó Marina Aurora Bustamante, fundadora de Renzo Costa.
Además, esta tienda inclusiva se encuentra en Jockey Plaza, que busca posicionarse como el primer centro comercial inclusivo del Perú.
Gracias a su compromiso, Renzo Costa recibió el sello de inclusión de Yapa Kuy, una certificación que garantiza un trato respetuoso y de calidad a personas con discapacidad. Según los promotores de esta iniciativa, este sello da confianza a los clientes con discapacidades para ingresar a los establecimientos y sentirse reconocidos.
"Cuando una persona de la comunidad con discapacidad ve este sello, entra con la tranquilidad de que será atendida con calidad y dignidad", destacó un representante de Yapa Kuy.
En un país donde más de 3 200 000 personas viven con alguna discapacidad, historias como las de Analís, Janet e Iván envían un poderoso mensaje de que la inclusión es posible y necesaria.