Aún en medio de la pandemia, el asentamiento humano Alto Huampaní, en Lurigancho - Chosica, lleva esperando por el agua potable hace más de 40 años. Mientras tanto, quienes allí viven deben seguir juntando el líquido vital para su consumo día a día.
Sobreviviendo con un reservorio provisional construido en el 2003 por una ONG, reciben agua solo por horas y con una presión bajísima. El agua que reciben ni siquiera es potable. Todo esto mientras un moderno reservorio de Sedapal construido hace dos años aún no entra en funcionamiento.
Desde la empresa estatal informan que aún se encuentran subsanando problemas técnicos con la empresa contratista, por lo que brindan camiones cisterna para el abastecimiento ¿Hasta cuando seguirán esperando en Alto Huampaní?