Los cómicos ambulantes han intentado salir adelante tras la crisis económica a raíz de la pandemia por el nuevo coronavirus COVID-19, pero en el caso de Kike Suero esta crisis sanitaria no fue lo único que golpeó su futuro.
Suero fue denunciado por un tema delicado, con adicciones y sin trabajo estable, por lo que ahora ha instalado una pequeña bodega en el Callao donde se aferra a un nuevo sueño, predicar la palabra de Dios.
En exclusiva para “Al Sexto Día”, este es el mea culpa de uno de los cómicos que más éxito tuvo en la pantalla chica y que hoy lo ha perdido todo en plena pandemia.
