Muchas señoritas, viven día a día el acoso y las malas artes que tienen algunos hombres, cuando están realizando un trabajo de anfitrionaje en nuestra ciudad.
"Muchos de ellos nos ven como pollo a la brasa", dice una de las mujeres que desempeña esta labor. Hay otros casos, en donde a muchas se les confunde con trabajadoras sexuales, solo por vestir un traje corto o por ser "muy bonita".
Este oficio para muchas se ha vuelto en verdadero calvario, pues deben mantener la postura y demostrar educación ante una serie de machistas desubicados que solo las ven como objetos y piensan que pueden ir más allá solo porque alguna de ellas les brinda una sonrisa.