Un equipo de Al Sexto Día llegó hasta el corazón de Gamarra con un genial reto que hizo divertir a las personas. Se trata del toque-toque, un desafío que consiste en lanzar una botella de plástico sobre una mesa y ésta debería caer parada. Para ello, se trajo como jurado al genial Marco Antonio Melosevich.
Los transeúntes que estaban por el lugar no dudaron en aceptar el desafío. Unos se esmeraron y hasta intentaron varias veces, pero lamentablemente no pudieron cumplir el reto. Ellos, como estaba pactado en las reglas, tuvieron que someterse a un pequeño castigo.
Sin embargo, un joven barbero logró que la botella quede parada sobre la mesa. En su segundo intento hizo lo que muchos no pudieron en todos sus intentos. Y por supuesto, el ganador se hizo acreedor a su premio, bueno a dos premios en realidad: dos tajadas de sandía.