Su nombre biológico es Naegleria Fowleri y ya se ha hecho conocida como “ameba comecerebros”. Esta bacteria se introduce en el organismo a través de la nariz, y destruye el cerebro de la víctima poco a poco.
Los síntomas iniciales de la infección son semejantes a los de una meningitis bacteriana. Posteriormente aparece rigidez en el cuello, confusión, pérdida del equilibrio, falta de atención, alucinaciones y convulsiones hasta llegar a la muerte.
Aunque se han probado distintos medicamentos para combatir este microorganismo, en la actualidad el 99% de las personas que la contraen han fallecido, incluso los pacientes que ya contaban con tratamiento, por lo que la prevención es la única forma de combatir al parásito.
Hasta el año 1998 se confirmó más de 344 casos de los cuales 86 fueron en Estados Unidos, pero este gérmen se ha encontrado en Nueva Zelanda, Nueva Guinea, Australia, Checoslovaquia, Bélgica, y la India.
Este virus es altamente resistente al agua salada y la mayoría de casos se han registrado por tomar baños en aguas contaminadas como lagos, piscinas, embalses, corrientes termales o manantiales.