El presidente de transición José Jerí ha marcado su corta gestión con un incesante despliegue nocturno. En apenas 18 días de mandato, se le ha visto visitando comisarías, patrullando calles y supervisando penales, casi siempre acompañado por cámaras estratégicamente ubicadas. Sin embargo, mientras el mandatario multiplica sus apariciones mediáticas, los hechos de violencia en el país —y particularmente en el Callao— no ceden. En las últimas horas, dos asesinatos vinculados a la extorsión derivaron en un estallido social en la avenida Gambetta, epicentro del malestar ciudadano.
ESTRATEGIA
El analista político Iván García considera que detrás de este activismo visible hay más puesta en escena que estrategia real. “Se señala que hay mucho teatro, mucho montaje. Este estilo clic no le va a alcanzar en el largo plazo si no hay resultados concretos contra el desborde criminal”, afirmó. El término “estilo clic” hace referencia a la estrategia del Ejecutivo de reforzar su imagen mediante transmisiones en redes sociales, lo que le habría permitido alcanzar un 45% de aprobación inicial, aunque sin impacto tangible en la reducción del crimen organizado.
La pregunta que surge es si el Gobierno tiene un plan real más allá de la exposición mediática. Mientras Jerí promete que “a partir de hoy todo cambió”, la ola de extorsiones y asesinatos continúa cobrando vidas. Con solo diez meses de gestión hasta julio de 2026, el mandatario enfrenta un escenario donde la urgencia de resultados choca con la ausencia de políticas sostenidas. “Es un gobierno de transición precario, con el tiempo en contra, sin estrategias claras, que se hace al andar día a día”, advirtió García.
Por ahora, la ciudadanía empieza a exigir su presencia no solo en videos, sino en acciones concretas. La protesta de transportistas en Gambetta y el anuncio de un nuevo paro para el 4 de noviembre reflejan el creciente desencanto con un liderazgo que parece prosperar más en la foto que en la solución de fondo. El desafío para Jerí será demostrar que su “estilo clic” puede trascender la pantalla y traducirse en seguridad real para los peruanos.


