El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, llegó este sábado al cruce de las avenidas Ramiro Prialé y Las Torres para colocar la primera piedra del futuro bypass que unirá ambas vías. La actividad municipal tuvo un marcado tono electoral, a solo cuatro meses del plazo límite que establece el Jurado Nacional de Elecciones para que autoridades renuncien si desean postular a la presidencia.
Durante el acto, López Aliaga estuvo acompañado por una portatil que coreaba su nombre y celebraba sus declaraciones. Aunque en un tono más mesurado de lo habitual, aprovechó la jornada para arremeter contra la prensa crítica, exaltar a los medios que “no reciben mermelada” y defender con firmeza a los regidores de su partido, cuestionados por aprobar la compra de trenes diésel californianos por 24 millones de dólares.
El alcalde también reiteró su propuesta de enviar a delincuentes extranjeros a cárceles de El Salvador, específicamente al penal de máxima seguridad CECOT, y aseguró que ya ha sostenido conversaciones con autoridades de ese país. Sus propuestas, sin embargo, han sido consideradas populistas y sin respaldo legal viable, mientras continúa promoviendo la salida del Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
SU FUTURO POLÍTICO
En plena gestión edil, Rafael López Aliaga no oculta su perfil presidencial y continúa usando actividades oficiales como plataforma política. Aunque afirma no querer ser presidente, sus intervenciones lo muestran cada vez más enfocado en construir una narrativa confrontacional con la prensa, la oposición política y los organismos internacionales.