Días de tensión, frustración e incertidumbre se vivieron en Machu Picchu, donde más de dos mil turistas quedaron varados sin poder cumplir el sueño de conocer la ciudadela inca. Las protestas, que bloquearon las vías férreas y paralizaron la salida de trenes, obligaron a los viajeros a soportar largas esperas, incomodidad y pérdidas económicas.
Las quejas no se hicieron esperar. “Resulta vergonzoso lo que está ocurriendo”, expresó uno de los afectados, mientras otro turista lamentó: “Gastamos todas nuestras economías para este viaje y no podemos cumplirlo”. Hubo visitantes que tuvieron que dormir en la calle ante la falta de hospedaje, y muchos aseguraron que se llevarán una imagen triste del Perú.
Tras tres días de caos, el Comité de Lucha de las comunidades del distrito de Machu Picchu anunció la suspensión del paro entre el 17 y el 20 de septiembre para abrir una mesa de diálogo con las autoridades. Una noticia que trajo alivio entre los viajeros, quienes celebraron la reanudación de los trenes con mensajes de esperanza: “Al fin, estamos muy felices, vinimos para cumplir un sueño”, dijeron turistas argentinos.
DESARROLLO TURÍSTICO
Por ahora, la calma volvió a los andenes, pero con fecha de vencimiento. Los reclamos de la población, que exige mayor inclusión en el desarrollo turístico, siguen vigentes. Mientras tanto, miles de visitantes esperan que su experiencia en la maravilla del mundo no vuelva a quedar atrapada entre bloqueos y conflictos sociales.