Tras la partida de Mario Vargas Llosa, la biblioteca regional que lleva su nombre en Arequipa se ha convertido en un punto de peregrinación cultural. Fundada en 2014 y con más de 23 mil libros desde 2017, esta institución custodia las colecciones más personales del escritor, incluyendo revistas, reconocimientos, adornos y su icónica colección de hipopótamos, que decoraban su escritorio.
Según Alfredo Herrera, subgerente regional de Cultura, muchos de los volúmenes donados contienen anotaciones y dedicatorias inéditas, cuya lectura fue restringida por el propio autor hasta después de su muerte. “Tenía un deseo claro: que ciertos libros solo se abrieran una vez fallecido, por el contenido íntimo de sus notas”, declaró.
Ciudadanos y turistas han acudido a la biblioteca para rendir homenaje al Nobel arequipeño, observando de cerca los objetos que marcaron su trayectoria. “Es impresionante ver sus libros, sus medallas, todo lo que logró en vida”, comentó una visitante, emocionada por la oportunidad de conocer de cerca la vida del autor.
HOMENAJE DE SU COLEGIO
Desde Piura, también llegaron homenajes. En el colegio San Miguel, donde cursó el quinto año de secundaria en 1952, se recordó su brillante desempeño académico, especialmente en Literatura. Vargas Llosa, más allá de los premios, deja una huella indeleble en la historia cultural del Perú y del mundo.