Desde Santa Rosa, en Chiclayo, decenas de personas esperan la llegada simbólica del Señor de Naylamp en un tradicional caballito de totora, pues se trata de un personaje icónico de Lambayeque.
Los turistas extranjeros y peruanos se han mostrado atentos y curiosos por esta actividad que representa el arribo de Naylamp a las costas lambayecanas y que es un símbolo de la pesca de San José.
Además, en torno a esta tradición se realizan diversas actividades como shows musicales, bailables, degustación de platos típicos, homenajes, entre otros.
HERMOSO CABALLITO DE TOTORA
El caballito de totora se construyó de manera artesanal por varios expertos, la embarcación cuenta con 7 metros de largo y 2 metros de ancho, se ha colocado en la parte delantera una cabeza de dragón y al otro extremo una cola de ballena.
NAYLAMP Y SU IMPORTANCIA
Cabe señalar que, históricamente, la llegada de Naylamp narra el origen de los gobernantes de la cultura Lambayeque que se desarrolló en la costa norte del Perú desde el año 700 d.C. hasta el 1300, cuando fueron sometidos por los Chimú, que a su vez fueron conquistados por los Incas en 1450 y, finalmente, dominados por los españoles. (Con información de PueblosOriginarios.com)