El alcalde de Tantará, Jaime Urbina Torres y sus acompañantes se escondieron en ataúdes sin tapas para que los efectivos del orden creyeran que habían muerto de coronavirus.
Ellos fueron descubiertos y trasladados de inmediato a la comisaría del sector. El burgomaestre habría incumplido el toque de queda para beber licor junto a sus amigos.
En tanto, el alcalde ya ha sido cuestionado por su población, pues el 9 de mayo fue obligado a asistir a una reunión comunal de emergencia en la Plaza de Armas de Tantará y los moradores le reclamaron un supuesta desatención en medio de la pandemia.