Inicialmente los invasores impidieron el avance de los agentes, enfrentándose cuerpo a cuerpo, luego, hombres, mujeres y niños lanzaron piedras lo que logró detener el accionar de los agentes.
Debido a la falta de garantías y a la negativa de los invasores a dejar el lugar, el procurador encargado de la diligencia suspendió el desalojo, retirando a los más de 200 efectivos y la maquinaria pesada.