Una madrugada de confusión y descoordinación. Así amanecieron miles de familias limeñas luego de que el Ministerio de Educación, a través de la DRELM, comunicara a la 1:20 de la mañana la suspensión de las clases presenciales debido al paro de transportistas. El aviso, emitido a pocas horas del inicio de la jornada escolar, tomó por sorpresa a padres, alumnos y docentes.
En Chorrillos, un padre de familia fue captado pidiendo a sus hijos que regresen a casa tras descubrir que su colegio no abriría sus puertas. “Anoche le pregunté a mi esposa si había comunicado y todo estaba normal. Ahora me asombra que recién nos avisen, menos mal que vine yo”, comentó indignado. En otro punto del distrito, un estudiante del colegio Ariosto Matellini Espinoza fue visto tocando la puerta de su centro educativo sin saber que las clases habían pasado a la virtualidad.
La improvisación también afectó a los comerciantes ambulantes que dependen de las ventas en los alrededores de los colegios. “Hoy día me he quedado sin clientes, no sabía que habían cancelado las clases”, contó una vendedora de huevitos de codorniz. Otra comerciante relató que apenas preparó una decena de papas para vender, resignada ante la falta de estudiantes.
COLEGIOS PRIVADOS
Mientras los colegios públicos permanecían cerrados, en varios centros educativos privados las clases se desarrollaron con normalidad. La falta de previsión y comunicación oportuna por parte del Ministerio de Educación dejó al descubierto la descoordinación institucional frente a medidas de emergencia que afectan directamente a miles de familias.


