El estado de emergencia decretado para Lima y Callao ha generado nuevas restricciones en el régimen de visitas a los centros penitenciarios, reduciendo la frecuencia con la que los internos pueden recibir a sus familiares. La medida busca reforzar la seguridad en los penales mientras dure la emergencia, decretada por el Gobierno.
Según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), existen dos regímenes de seguridad: el cerrado ordinario y el cerrado especial. En el primero se encuentran los internos con conducta regular, considerados no peligrosos para la seguridad del penal. Ellos podrán recibir visitas una vez por semana.
Por su parte, los reclusos que pertenecen al régimen cerrado especial, es decir, aquellos considerados de alta peligrosidad o que representan una amenaza, solo recibirán visitas cada 15 días. Estas disposiciones tendrán vigencia por 30 días, mientras permanezca el estado de emergencia en Lima y Callao.
La medida ha generado malestar entre los familiares de los reclusos, quienes acudieron este miércoles a diversos penales de la capital —entre ellos el penal de Lurigancho— para intentar ingresar y visitar a sus seres queridos. Muchos aseguraron no haber sido informados sobre las nuevas reglas y calificaron la decisión como “injusta”.
“No es justo, ¿cómo vamos a saber si nuestros familiares están vivos o muertos? Tantas cosas pueden pasar. Tampoco van a tener luz en los pabellones”, expresó una mujer que esperaba fuera del penal de Lurigancho, visiblemente afectada por la restricción.
EL INPE APLICARÁ MEDIDAS ADICIONALES DE CONTROL INTERNO
Además de la reducción de visitas, el gobierno ha dispuso que las visitas familiares solo se permitirán hasta el cuarto grado de consanguinidad. También se ejecutarán apagones nocturnos en las celdas y el desmonte de antenas de comunicación para evitar el uso de equipos celulares al interior de los penales.