Con profunda tristeza y en medio de cánticos, familiares y amigos dieron el último adiós a Sheyla Gutiérrez Rosillo, la joven madre peruana que fue asesinada salvajemente en Estados Unidos. Sus restos llegaron al país tras semanas de angustia y fueron velados en su vivienda, donde la multitud exigió justicia entre arengas y oraciones.
La despedida estuvo marcada por escenas de dolor: su madre, hermanos y amigos acompañaron el féretro hasta la carroza fúnebre que lo trasladó por las calles que Sheyla solía recorrer. Vecinos se asomaron para rendirle homenaje, algunos entre lágrimas, otros persignándose en señal de respeto, mientras sonaban canciones que mezclaban el dolor con un pedido de justicia.
Durante el recorrido, la madre de Sheyla exigió la extradición de Josimar Cabrera, exesposo de la víctima y principal sospechoso del crimen. “Lo que pido es que pague por lo que le hizo a mi hija, le hizo mucho daño a una familia entera”, declaró entre sollozos. Actualmente, Cabrera cumple nueve meses de prisión preventiva en Perú tras entregarse a las autoridades.
MIMP ASISTE A MENORES
Por su parte, la hermana de la víctima reveló que desde que Cabrera regresó al país, su familia cortó la comunicación con los tres hijos que dejó huérfanos Sheyla. Los menores reciben apoyo psicológico brindado por el Ministerio de la Mujer, mientras continúan las investigaciones sobre un caso que ha conmovido al país y reavivado el pedido de mayor protección contra los feminicidios.