A poco tiempo de concluir su mandato, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, ha intensificado su presión para poner en marcha su ambicioso proyecto de trenes que unirían la capital con Chosica. Esta vez, advirtió que organizará una marcha hacia el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) si no se otorgan los permisos necesarios para que entren en funcionamiento los trenes donados por Caltrain.
“Vamos a rodear el MTC con la gente que sí quiere tren, que sí quiere libertad, progreso y calidad de vida”, dijo el burgomaestre, quien acusó al gobierno central de poner “trabas políticas” al proyecto. El anuncio llega luego de que el ministro de Transportes, Carlos Sandoval, advirtiera que los trámites administrativos para autorizar la operación de estos trenes podrían demorar hasta un año, debido a los procedimientos técnicos y de seguridad que se deben cumplir.
EDWIN DERTEANO
López Aliaga ha anunciado que los trenes, que estarían llegando a mitad de julio, entrarían de inmediato a una marcha blanca, es decir, un periodo de prueba antes de operar con pasajeros. Sin embargo, expertos como el ingeniero Edwin Deteano consideran que esto es prematuro: “Hablar de marcha blanca es precipitado. Aún no están listos, ni siquiera han salido del puerto, y se debe coordinar con Ferrocarril Central para no interferir con el transporte de carga hacia Huancayo”.
Además de la falta de infraestructura operativa, como paraderos o estaciones habilitadas, hay un aspecto técnico aún más crítico: la altura de los trenes. Las unidades, provenientes de California, miden 4,85 metros, y existen dudas sobre si podrán pasar bajo los puentes en los 41 kilómetros de vía férrea entre Desamparados y Chosica.