Pancitos calientes, galletas crocantes y postres que provocan a la vista y al corazón. Así recibe a sus visitantes la panadería San Miguelito, el primer local abierto al público dentro de un penal de mujeres en Perú. Ubicada en el establecimiento penitenciario Santa Mónica, esta cafetería acoge a 19 internas que encontraron aquí una segunda oportunidad.
El local fue impulsado por Héctor Vílchez, un exinterno que hoy promueve la reinserción social. “Estamos convencidos de que sí es posible reinsertarse. No solo se trata de darles trabajo, sino también un proyecto de vida”, afirma. Cada pan, cada torta que se vende en este espacio lleva el esfuerzo de mujeres que hoy luchan por cambiar su historia.
Dentro, las internas aprenden desde técnicas de amasado hasta decoración de tortas y repostería fina. Para muchas, San Miguelito representa no solo una fuente de ingresos, sino la posibilidad de soñar con un futuro digno al recuperar su libertad. “Esto es algo diferente, algo que sí podré aplicar afuera”, cuenta una de las internas emocionada.
INVITACIÓN AL PÚBLICO
La comunidad chorrillana ya empieza a saborear estos productos hechos con dedicación. “Te esperamos en la panadería San Miguelito, justo a las afueras del penal. Todo lo hacemos con amor”, invitan las propias internas. Porque aquí, probar es creer… y quedar preso, pero del sabor.