El suboficial de tercera Julio César Calderón Díaz falleció durante un operativo del Grupo Especial Contra el Crimen Organizado (Grecco), en el distrito limeño de San Juan de Lurigancho (SJL). La intervención terminó en tragedia bajo circunstancias que ahora son materia de investigación.
Su familia llegó hasta la Morgue Central de Lima, donde fue trasladado su cuerpo, y denunció que su muerte sería sospechosa, ya que según indican, el agente no portaba su arma de reglamento, sino una de propiedad privada. Este detalle ha generado dudas sobre las condiciones en que se desarrolló el operativo.
De acuerdo con las primeras diligencias, el presunto autor del disparo sería el también agente Ángel Galicia Chacón, quien habría pertenecido a una organización criminal. Ambos trabajaban en la comisaría de Santa Elizabeth, en el mismo distrito donde ocurrió el hecho.
ÚLTIMO ADIÓS EN JAÉN
La Policía Nacional ha ofrecido cubrir los gastos funerarios, realizar un homenaje póstumo y facilitar el traslado del cuerpo a Jaén, su ciudad natal, donde será sepultado. Hasta el cierre de esta nota, los restos del suboficial permanecían en la morgue de Lima.