En las zonas altas de Independencia, como Payet, Cahuide y Víctor Raúl Haya de la Torre, más de un centenar de viviendas expropiadas por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para la construcción del Anillo Vial Periférico enfrentan una preocupante situación. Estos inmuebles, destinados a ser liberados para un proyecto vial que conectará 12 distritos de Lima y Callao, han sido invadidos por personas dedicadas a actividades ilícitas, convirtiéndose en escondites que amenazan la seguridad de los vecinos. La comunidad, alarmada, ha elevado sus quejas ante la falta de acción para proteger estas áreas.
La Defensoría del Pueblo ha identificado al menos 200 propiedades en este estado, urgiendo al MTC a completar el tapiado de los inmuebles para evitar que sigan siendo ocupados ilegalmente. Los residentes denuncian que la ausencia de medidas efectivas ha permitido que estas casas se transformen en focos de inseguridad, albergando a individuos de dudosa reputación. Hasta el cierre de esta nota, el MTC no ha emitido una respuesta oficial a los reclamos de la población de Independencia, dejando un vacío que agrava la intranquilidad en el distrito.
Un proyecto ambicioso opacado por la delincuencia
El Anillo Vial Periférico, una obra de 38.4 kilómetros que unirá distritos desde el Callao hasta La Molina, se encuentra actualmente en la fase de pre-construcción, enfocada en la liberación de predios y la preparación del terreno. Con un inicio de obras proyectado para 2026 y una duración estimada de seis años, este plan busca mejorar la conectividad y el desarrollo de la capital. Sin embargo, la demora en asegurar las propiedades expropiadas ha generado un problema colateral que pone en riesgo la tranquilidad de los vecinos.
La Defensoría del Pueblo insiste en que el MTC actúe con celeridad para tapiar las más de 200 casas vulneradas y restablecer la seguridad en Independencia. Los habitantes de zonas como Payet y Cahuide exigen medidas concretas, temiendo que la ocupación ilegal de estos inmuebles escale la delincuencia en el distrito. Mientras el ambicioso proyecto vial promete transformar Lima, la comunidad espera que las autoridades no descuiden la protección de sus barrios, garantizando que el progreso no venga acompañado de inseguridad.