El Poder Judicial ha dado un paso significativo en la investigación contra el exministro del Interior, Juan José Santiváñez, por presunto abuso de autoridad. El juez supremo Juan Carlos Checkley aprobó el pedido de la Fiscalía de la Nación para levantar el secreto de las comunicaciones de un dispositivo entregado por el capitán Junior Izquierdo Yarlequé, conocido como “Culebra”. Este dispositivo contiene una grabación de más de dos horas que, según medios de comunicación, revelaría conversaciones entre Santiváñez y el capitán, incluyendo detalles sobre la presunta facilitación de la fuga de Vladimir Cerrón.
ERROR: Invalid media (1)Los audios, que salieron a la luz por primera vez en agosto de 2024, forman parte de la investigación que busca determinar si Santiváñez incurrió en actos ilícitos durante su gestión. La grabación fue entregada voluntariamente por el propio Izquierdo al Ministerio Público, y ahora, con la autorización judicial, se realizarán pericias para verificar la autenticidad de las voces y el contenido de las conversaciones. Este proceso podría arrojar luz sobre uno de los casos más controversiales que involucran a figuras del gobierno.
Reacciones y expectativas frente a la investigación
La defensa de Juan José Santiváñez ha cuestionado la validez del procedimiento, argumentando que el material fue presentado fuera de los plazos establecidos para la investigación preliminar. Por otro lado, el equipo legal del capitán “Culebra” se muestra optimista y confía en que el caso avanzará a la etapa preparatoria, lo que permitiría profundizar en las acusaciones. La expectativa ciudadana es alta, ya que las revelaciones podrían tener implicancias políticas y judiciales de gran alcance.
Este caso ha reavivado el debate sobre la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión pública. La autorización del levantamiento del secreto de las comunicaciones marca un precedente en la lucha contra la corrupción, pero también pone a prueba la capacidad del sistema judicial para manejar un caso de esta magnitud. Mientras las pericias avanzan, tanto Santiváñez como Izquierdo enfrentan un escrutinio público que podría definir el rumbo de sus carreras y el curso de la investigación.
