El pánico volvió a apoderarse del mercado Unicachi, en San Martín de Porres, luego de que un nuevo artefacto explosivo estallara en el interior de sus baños públicos. El muro del recinto quedó completamente destrozado y testigos aseguran que una persona ingresó con una mochila, pagó por el servicio y dejó el explosivo en el lugar antes de retirarse. A pesar del incidente, el centro de abastos reabrió al día siguiente con normalidad.
El agente de seguridad consultado minimizó el hecho, calificándolo como una simple “bombarda”. Sin embargo, este es el segundo ataque en menos de una semana dentro del mismo conglomerado comercial, lo que genera dudas sobre la eficacia del estado de emergencia decretado en el distrito. Aunque la zona cuenta con presencia militar y policial, los extorsionadores siguen operando con total impunidad.
El coronel Roger Cano Benites, jefe de la Brigada Especial Contra el Crimen (BRECC) Lima Norte, informó que ya se han desplegado acciones para ubicar y capturar a los responsables. Pero la realidad en las calles es distinta: avenidas y zonas residenciales lucen con escasa presencia policial, mientras crecen las denuncias de extorsiones y ataques con explosivos.
ESTRATEGIA MÁS CONCRETAS
El exjefe de la misma brigada, Francisco Rivadeneyra, advirtió que la medida de emergencia por sí sola no basta. Reclamó estrategias operativas más concretas, como una mayor presencia policial efectiva en las calles, y denunció que las unidades especializadas trabajan con presupuestos limitados. Aun así, el gobierno de Dina Boluarte insiste en extender el estado de emergencia, una medida que, hasta el momento, no ha logrado frenar el avance del crimen organizado.
