A tan solo horas del cambio en el Ministerio del Interior, Lima vivió una noche marcada por el terror y la violencia. Dos atentados con explosivos sacudieron las zonas de Los Olivos y San Juan de Lurigancho, generando alarma entre vecinos y comerciantes, quienes denuncian el incremento de la inseguridad y la falta de presencia policial en las calles.
En la cuadra 36 de la avenida Alfredo Mendiola, en Los Olivos, cámaras de seguridad captaron el momento exacto en que un sujeto encapuchado arrojó una granada de guerra al interior de una tienda de zapatillas. Afortunadamente, el artefacto no llegó a detonar, salvando la vida del vigilante que se encontraba en el lugar. El hecho ocurrió frente a una zona comercial muy transitada y con múltiples cámaras, lo que resalta la osadía del atacante.
Horas después, un hecho similar se registró en el distrito de San Juan de Lurigancho, específicamente en la fachada del centro ferretero “Las Malvinas de Jicamarca”. En esta ocasión, el explosivo sí llegó a detonar, provocando daños materiales y generando pánico entre los trabajadores del lugar. Según testigos, los vigilantes escucharon la explosión cerca de la puerta del local y dieron aviso a las autoridades.
EXIGEN MAYOR SEGURIDAD
Vecinos y comerciantes de ambas zonas denuncian la creciente presencia de personas sospechosas durante la noche y la ausencia de patrullaje policial. Mientras algunos aseguran cerrar sus negocios más temprano por miedo, otros exigen acciones inmediatas del Gobierno para frenar estos actos que, aunque aún no tienen responsables identificados, son investigados por la Policía como posibles ataques ligados a cobros extorsivos o ajustes de cuentas.
