Hasta tres fuertes explosiones estremecieron el distrito de Lurín luego de que un almacén que contenía productos inflamables se incendiara repentinamente. Las detonaciones generaron una onda expansiva que alcanzó más de un kilómetro de distancia, provocando severos daños en viviendas, fundos y campos de cultivo cercanos. El humo tóxico se esparció rápidamente por la zona, obligando a los vecinos a evacuar en medio del caos y el miedo.
Decenas de personas vivieron momentos de terror. Algunas relataron que apenas pudieron recoger lo más indispensable antes de huir. "El gas olía fuerte, nos estábamos asfixiando", contó una vecina. Varias casas sufrieron daños estructurales: techos desprendidos, puertas y ventanas rotas, incluso muebles que volaron por los aires. "Cinco minutos antes estaba con mi hijo en la sala. Si no salíamos, nos caía todo encima", relató un padre de familia, mostrando los restos de su vivienda.
Una segunda casa colindante también fue afectada, aunque afortunadamente se encontraba vacía al momento de la explosión. Los cajones, techos y hasta electrodomésticos fueron desplazados por la fuerza de la onda expansiva. Incluso las mascotas sufrieron las consecuencias. "Los vidrios cayeron encima de los gatitos, no sé cómo salieron ilesos", dijo una joven, aún en shock por la desaparición de su gata.
EVACÚAN A ESTUDIANTES
Por precaución, el Ministerio de Educación ordenó el retiro de los estudiantes de cuatro colegios cercanos al lugar del siniestro. Algunas madres acudieron a sacar a sus hijos luego de escuchar las explosiones. Desde el aire, un dron de 24 Horas captó la magnitud del desastre y la presencia de numerosos cilindros dentro del almacén, que presuntamente contenían químicos inflamables. Varias familias han quedado damnificadas y esperan con urgencia el apoyo de las autoridades, ya que han perdido sus viviendas y no tienen dónde pasar la noche.
