La Policía logró desarticular una peligrosa banda criminal dedicada al robo de celulares, los cuales eran utilizados posteriormente para cometer delitos informáticos.
Según la investigación, los seis integrantes de esta organización delictiva, liderada por Gabriel Saúl Jeremías Bonifaz, se reunían a diario en la zona de Puente Nuevo para distribuir los teléfonos móviles robados. Luego, entregaban los dispositivos al presunto cabecilla, quien les pagaba un sueldo por su "trabajo".
De acuerdo con el coronel Juan Carlos Montufar, jefe de la División de Robos de la PNP, los delincuentes consideraban más valiosa la información contenida en los celulares que el propio dispositivo. Así, una vez en poder de los teléfonos, se encargaban de acceder a los datos bancarios y personales de las víctimas para cometer diversos delitos.
"En principio, los detenidos serán investigados por el delito de receptación, pero los posibles robos informáticos podrían hacer el caso mucho más complejo", explicó el oficial.
TENÍAN ROL ESPECÍFICO
Esta banda actuaba de forma organizada, con cada miembro cumpliendo un rol específico, desde el arrebato del celular hasta la extracción de la información sensible. Tras realizar los ilícitos, reunían a diario el producto de sus actividades delictivas en la vivienda del presunto cabecilla.
