El aislamiento, la inmovilización social y demás medidas restrictivas que buscan frenar la propagación del coronavirus, denudaron las precarias condiciones sociales y económicas en las que muchas personas subsisten durante la pandemia en nuestro país.
La comunidad Shipibo-conibo en Cantagallo es una prueba viva de la crudeza de la crisis sanitaria que azota duramente al Perú. Decenas de familias quedaron aún más aisladas de los servicios básicos como salud y educación.
Ante esta dramática situación, el Ministerio de Salud y el Ministerio de Cultura juntos a la Municipalidad del Rímac iniciaron la campaña de atención médica a toda la comunidad. Se realizaron más de 1000 pruebas rápidas y además se dieron charlas de planificación familiar.