En el Callao, buques que pesan hasta 180 toneladas, sostenidos por improvisados bloques de cemento y tablas de madera, fueron abandonados en una calle de Ventanilla. Lo preocupante es que debajo de estas antiguas embarcaciones transitan personas y hasta circulan vehículos, todas con el riesgo de que ante un sismo o una falla en la estructura podrían ser aplastados.
Tal como se muestra en imágenes y aunque parezca ficticio, los transeúntes incluso comprar alimentos y comidas en un punto de venta instalado bajo la proa de uno de los barcos oxidados, los cuales se encuentran ubicados hace cinco años.
Vale señalar que este no sería el único problema en la zona, ya que los moradores del distrito denuncian que distintas empresas alrededores concentran minerales sin tener un estudio de impacto ambiental aprobado, poniendo en riesgo la salud de muchos de ellos.