No se trata de imágenes de archivo de los años más cruentos de Colombia, sino de la desgarradora realidad que vive el país hoy. Una ola de atentados ha sumido al suroccidente colombiano en una de sus jornadas más oscuras en décadas.
Durante el último fin de semana, 24 atentados estremecieron los departamentos del Valle del Cauca y el Cauca, con la ciudad de Cali como epicentro del terror. A las 4:43 a.m., los colombianos despertaron entre detonaciones provocadas por coches y motos bomba, cilindros explosivos y hasta drones cargados con explosivos. Los ataques, en su mayoría dirigidos contra estaciones de policía, dejaron al menos siete muertos y decenas de heridos.
Según el periodista y asesor de crisis Andrés Mora, esta ofensiva coincide con la conmemoración de la muerte de alias “Mayimbú”, un exlíder de las disidencias de las FARC abatido en 2022. Sin embargo, advierte que estos grupos armados han perdido toda ideología, operando ahora únicamente bajo intereses económicos ligados al narcotráfico, el lavado de dinero y el control de territorios estratégicos.
ESCALADA DE VIOLENCIA A MENOS DE UN AÑO DE ELECCIONES PRESIDENCIALES
Esta escalada violenta se da a menos de un año de las elecciones presidenciales de 2026, en un contexto de creciente deslegitimación del gobierno de Gustavo Petro, debilitamiento institucional y proliferación de economías ilegales. Además, las negociaciones de paz con grupos criminales han sido severamente cuestionadas, lo que agrava la crisis de gobernabilidad.