El caos y el desorden se apoderaron de la ciudad de La Paz, Bolivia, durante algunas horas de este último miércoles debido a la insurrección de un alto mando militar.
A las 3 de la tarde, hora local, un gran contingente militar liderado por el comandante general del Ejército boliviano, Juan José Zúñiga, irrumpió violentamente en el Palacio Quemado, la sede del Poder Ejecutivo, en un intento de golpe de Estado.
El general Zúñiga logró ingresar al Palacio Quemado, donde se registró un tenso enfrentamiento con el presidente Luis Arce, quien encaró al militar y le ordenó poner fin a su intento golpista. Para las 5:30 de la tarde, el general Zúñiga ya había sido destituido y detenido, y el contingente militar había abandonado la Plaza Murillo, retornando a sus cuarteles.
El presidente Luis Arce tomó juramento a los nuevos mandos militares y aseguró al país que su gobierno se mantenía firme. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado, cuando durante el traslado del detenido, el general Zúñiga afirmó que su intento de golpe fue en realidad una acción coordinada por el propio presidente Arce.
OEA SE PRONUNCIA
La comunidad internacional condenó rápidamente este acto y la Organización de Estados Americanos (OEA) declaró que "no tolerará ninguna forma de quebrantamiento del orden constitucional".