La pandemia del COVID-19 ha demostrado que vacunarse contra la enfermedad si bien no la cura, es la mejor opción para evitar que sus efectos afecten notablemente a las personas, tanto adultos como menores de edad.
Los refuerzos tanto de Pfizer para los niños de 5 a 11 y una versión de Moderna para menores desde los 6 años, ya están disponibles.
Estas vacunas protegen contra el COVID tradicional y las dos variantes del Ómicron más comunes, además, están autorizadas para aplicarse dos meses desde la última dosis.
OTRA PREOCUPACIÓN: LA INFLUENZA
Pero, mientras los números de contagios por el coronavirus están a la baja, la influenza es otra enfermedad que pone en vilo a muchos países, más aún con la llegada del invierno al hemisferio norte.
Aunque la vacuna contra la gripe no protege de la COVID-19, puede reducir los síntomas de la gripe que podrían confundirse con el virus y ayudar a reducir la atención médica en los hospitales, además, reducir el número hospitalizaciones de personas con gripe grave.
