Son millones de animales los que tienen que ser sacrificados para que estudiantes de Estados Unidos puedan entender una parte de las clases de biología, pero ha nacido una nueva alternativa que permite examinarlos sin tener que quitarles la vida.
Un ingeniero y un veterinario han logrado suplir esta matanza con ranas sintéticas. Estas versiones son muy parecidas a las reales no solo por su piel sino por su olor y, además, no son desechables, pueden volver a usarse con tan solo regresar los órganos extraídos al animal.
Estos animales sintéticos son del mismo tamaño que las reales y cumplen con el objetivo que es evitar que se maten a más animales en estas prácticas escolares.