Al parecer, la tensión del cara a cara entre dos boxeadoras hizo que la campeona Ewa Brodnicka rompiera el hielo de una forma totalmente inesperada, pues besó a su contrincante.
La argentina respondió con una bofetada, lo que hizo que se borrara la sonrisa de la cara de la polaca y comenzara el intercambio de golpes.
La boxeadora polaca, que defiende el título mundial, ya había sorprendido a toso los presentes con un inusual conjunto de lencería. Este sería una de las estrategias de la polaca, que suele provocar de todas las maneras posibles a sus oponentes en los pesajes.