Rodrigo Ruiz, es el nombre del inmigrante peruano que hace unas semanas recibió una orden de deportación que puso el bienestar de su familia en riesgo. Tiene un hijo de 24 años con parálisis cerebral y hasta tres trabajos para poder tener la solvencia económica para mantener a su familia.
Es por ello que hoy se presentó en la oficina de inmigración de Dallas, con la esperanza de que ampliaran el plazo. Recibió, además, apoyo de un grupo de activistas que se sumaron a su lucha, acompañándolo hasta ahí.
El Gobierno norteamericano fue flexible ante la situación y amplió la fecha límite, hasta septiembre, tiempo en el que evaluarán su caso meticulosamente.
Nuestro compatriota llegó a EE.UU hace 15 años, con visa de turista, y al confirmar que su hijo tenía más expectativas de vida, decidió quedarse. Sabe que en nuestro país su familia no podría cubrir los gastos médicos.